La cuestión del desarrollo, la ONU y el nuevo orden mundial

La nueva agenda mundial surgida al término de la guerra fría deja fuera de sus prioridades la cuestión del desarrollo, de interés fundamental para la mayoría de los países, y se concentra en temas de interés prioritario para los países desarrollados. En 1992 pareció darse un punto de inflexión con la aprobación, por parte de la Asamblea General, de la resolución 47/181, “Un programa de desarrollo”, y los documentos que, como resultado de ella, elaborara el secretario general de la ONU. Propuestas adicionales se encuentran en “El espíritu de Cartagena”, documento final de la VIII UNCTAD, así como en los Informes sobre desarrollo humano del PNUD. Sin embargo, más que una nueva estrategia para el desarrollo, lo que parece haber surgido es una nueva filosofía del desarrollo acorde con el imperio de la economía de mercado: la ayuda o asistencia disminuye cada vez más, la importancia otorgada al tema es decreciente, incluso es posible que la ONU se desligue de la responsabilidad que, en esta materia, asumió desde 1960. De no asumirse seriamente la cuestión del desarrollo, persiste el riesgo de un estallido mundial.