La inevitable (pero difícil) transición de la OEA

En Nassau emergieron con gran claridad las tendencias que tratan de configurar el destino de la OEA. El consenso generalizado es el de que la OEA debe constituir una institución más fortalecida, con mayor autoridad y eficacia para hacer frente a los problemas distintos de una nueva época. Las discrepancias entre las delegaciones no sólo radicaron en el énfasis que debe dar la OEA al tratamiento de los temas de la nueva agenda. Lo que se trató de definir es lo que la OEA es y debe ser, el alcance de sus facultades, su capacidad de actuación frente al llamado derecho reservado de los Estados. Dos tendencias principales se manifestaron: la “supranacional”, representada principalmente por Argentina y Panamá, y la “juridicista”, abanderada por México.