La política exterior de México constituye una de las grandes tradiciones nacionales, mantenida aun en las circunstancias más difíciles de su vida como país independiente. Principios hoy tan profundamente incorporados a la diplomacia mexicana como los de no intervención, la libre determinación de los pueblos y el respeto a los derechos humanos, formaron parte esencial del pensamiento político de los precursores de este proceso. Fueron precisamente estos principios los que se fortalecerían a lo largo del doloroso esfuerzo de consolidación de la Independencia y la defensa de su soberanía frente a las múltiples intervenciones que tuvieron lugar en el siglo XIX. Ante esas situaciones violentas, México otorgó siempre la más alta prioridad a la observancia de sus principios rectores, así como al predominio de la razón sobre la fuerza, a la negociación política y al cumplimiento de las normas de Derecho Internacional. Con los tres ensayos que se incluyen en este número de la Revista Mexicana de Política Exterior, se ha querido ilustrar algunos aspectos de esta trayectoria. Otros aspectos trascendentales de la agenda internacional de México encuentran tratamiento en las demás secciones que componen este número, destaca por su importancia la comparecencia del Secretario de Relaciones Exteriores ante la Cámara de Senadores porque rescata y actualiza las mejores tradiciones de la política exterior mexicana.

Publicado: 12/03/1984