Hong Kong; desarrollo económico, cambio de soberanía y crisis del Sudeste Asiático

El 1 de julio de 1997, bajo la fórmula “un país, dos sistemas”, Hong Kong se reincorporó a la soberanía china en medio de un ambiente de optimismo, estabilidad económica y desarrollo. Mientras tanto, las economías de la región presentaban problemas y síntomas de que el crecimiento alcanzado en años anteriores no seguiría siendo sostenible y se empezaba a manifestar la crisis que habría de afectar a una economía tan sólida como la de Hong Kong. Sin embargo, la eficiencia y la competitividad de la economía, aunadas al sistema legal y la determinación del gobierno de Hong Kong hicieron que los efectos de la crisis fueran menores que en el resto de los países de la región. A diferencia de éstos, en Hong Kong la moneda no se devaluó y los ajustes económicos se hicieron de manera rápida, aunque los sectores inmobiliario, turístico y exportador se vieron seriamente afectados. El éxito de la economía de Hong Kong se basa, principalmente, en una participación del gobierno que se limita a proveer un sistema legal transparente, en el cual las reglamentaciones se aplican de forma uniforme y consistente; y una infraestructura adecuada. Jarque Uribe concluye con una reflexión sobre las lecciones que los países en desarrollo como México deben aprender de la crisis en el Sudeste Asiático. Asimismo, resalta las ventajas del libre mercado, producto de la globalización.