Doscientos años de historia con Estados Unidos
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Abstract
México ha edificado una política exterior efectiva con Estados Unidos. Observamos una relación madura y sólida que incluso admite la discrepancia de opiniones legítimas. Sólo un vínculo profundo, entre iguales, permite manifestar divergencias como la sucedida en la última Cumbre de las Américas, celebrada en Los Ángeles, en donde México abogó por un diálogo amplio e incluyente frente a una posición estadounidense diferente. Vivimos tiempos de estrés geopolítico que nos recuerdan las tensiones propias de la Guerra Fría y de la guerra en Europa. Conscientes de las lecciones históricas, ambos países han sabido sortear sus diferencias y cooperar en mutuo beneficio. En el presente y hacia el futuro, México y su política exterior deben navegar las aguas, a veces tormentosas, de Estados Unidos. Sabemos cómo entablar una arquitectura de coexistencia pacífica, y encauzar las avenidas de cooperación en espacios formales de diálogo y acción conjunta.